Pretender cambiar la Historia sólo puede ocurrírsele a un ignorante. La Historia es el pasado y eso no puede cambiarse. Tal cosa parece ignorarla Urtasum, ministro de Sánchez, encargado de la cultura y que tiene como uno de sus objetivos, probablemente por la falta de competencias, superar los marcos coloniales, una vez que ha desmentido que una de sus intenciones no es desintegrar las colecciones del museo del Prado. Ha de soltarse una barbaridad muy grande para tener que desmentir una astracanada como esa.
No sabemos muy bien —debería explicarlo— que entiende el señor ministro por la superación de los marcos coloniales referidos a España porque si entiende que lo acaecido en el imperio español es comparable a lo que, por ejemplo, los belgas hicieron en el Congo, desencaminado va. No sólo en relación al genocidio cometido por Leopoldo I y sus súbditos, tampoco existe comparación posible con otros imperios coloniales.
Debe saber el señor ministro que, viniendo mucho oro y mucha plata de América en los galeones que llegaban a Sanlúcar de Barrameda y remontaban el Guadalquivir hasta Sevilla, mucho otro se invirtió en América, algo que no hicieron los franceses y mucho menos los ingleses en sus colonias. Por eso, en 2024 hay varias docenas de edificios construidos en América, durante los siglos en que aquellas tierras formaron parte del imperio español, que han sido declarados por la UNESCO patrimonio de la humanidad. No hay uno sólo en los que fueron las colonias británicas o francesas en América. Apenas dejaron algún centro educativo porque su planteamiento era que quien desease estudiar había de hacerlo en la Sorbona o en Oxford o Cambridge, frente a la casi treintena de universidades creadas por los españoles en su imperio. Aquí no se sostuvo que quien quisiera estudiar tenía que venir a Salamanca o a Alcalá. Debería leerse, aunque fuera por encima, las Leyes de Indias aprobadas por Fernando el Católico en 1512, conocidas como Leyes de Burgos. Elaboradas por profesores de Salamanca como Juan López de Palacios o Matías de Paz recogían en una de sus ordenanzas la prohibición del trabajo en las minas y el campo para las mujeres en el cuarto mes del embarazo. Prohibiciones que se prolongaban durante tres años, después del parto porque habían de dedicarse a la crianza y sólo realizarían tareas caseras. También debería informarse sobre el monumental trabajo realizado por profesores salmantinos en la creación del derecho de gentes o de que, desde fecha muy temprana, se permitieron los matrimonios mixtos —en Estados Unidos no fueron autorizados los matrimonios entre blancos y negros hasta más de cuatrocientos años después— dando lugar a un mestizaje que no se encuentra en otros imperios coloniales. Ciertamente hubo abusos en el imperialismo español, pero no son de recibo ciertas comparaciones que sólo tienen cabida en quienes asumen la Leyenda Negra, construida por la propaganda de los enemigos de ese imperio cuando sólo podían enfrentarse a el en la batalla de la propaganda, que siempre, también hoy, España ha perdido
La Historia, señor ministro, no se puede cambiar y tampoco ignorarse porque ello lleva a realizar afirmaciones tan perniciosas y carentes de sentido como las que usted realiza.
(Publicada en ABC Córdoba el viernes 26 de enero de 2024 en esta dirección)